Ubicada en medio del casco antiguo, concretamente en el barrio de los Marineros, esta pequeña ``playa´´ creada por la naturaleza es uno de los lugares más especiales de Castro.
Cuando hay bajamar, se queda vacía y los bañistas solo pueden refrescarse hasta los tobillos, por eso mismo muchos optan por ir a la playa de Ostende, situada a sólo unos pocos metros.
 |
El pedregal con la marea bajada |
 |
El pedregal con la marea subida |
En cambio cuando hay pleamar, se llena de bañistas, ya que al ser una playa sin salida al mar, apenas hay oleaje y por esto mismo se dice que es como una piscina. Al no ser reconoci
do como playa municipal, en verano no dispone de servicio de socorrismo, algo que no afecta para nada en la afluencia de visitantes. En mi opinión si visitas Castro, no puedes dejar de visitar este pequeño rincón con encanto.
Comentarios
Publicar un comentario